La Rochelle-Rochefort.



Ya estamos en Rochefort. Un madrugón, a las 8 de la mañana ya estábamos navegando.Salimos de La Rochelle, y tras 5 horas de navegación, arribamos al puerto interior de Rochefort. La navegación fantástica, con viento primero de 5 nudos y subiendo hasta los 16 nudos la segunda parte de la travesia. El mar como un plato y el barco navegando de maravilla. Una excursión inolvidable que se la debemos a nuestros guías, Cristofer y Frederica.
Una vez superamos todos los recovecos de la ría, tuvimos que esperar a la apertura de la esclusa para entrar al puerto con la pleamar.
El puerto muy autentico, donde no existen turistas, solo barcos de trotamundos y... nosotros los únicos españoles que el contramaestre recuerda.
En cuanto descansemos un poco y refresque (tenemos 32 grados y un sol de justicia), nos iremos de paseo por la histórica villa, que nos es la del queso, esa es Roquefort, esta es famosa porque todos los barcos de la real marina francesa, se esquipaban de cabulleria aquí.