Íle aix moines.



















El día 3 de agosto a media mañana, una vez aperturada la puerta del puerto, nos dirigimos a la isla más grande del golfo de Morbihan. El tiempo, seguia feo, nublado y triste, pero al menos la temperatura continuaba subiendo, ya superabamos los 22 grados, por lo que la navegación, aunque faltase el esquivo sol, se hizo muy agradable. En apenas hora y poco de navegación llegamos al puerto de la isla de aix Moines, situado sobre el brazo izquierdo de la cruz que forma la costa de la isla. Se trataba de un gran pantalán flotante, rodeado de boyas. El acceso es comodo, solo se debe tener cuidado de no acercarse a la costa, donde una piedras que aunque están razonablemente bien señaladas, te pueden dar un susto. El "pontón" cuenta con agua y luz.

Tras la comida y siesta, perfectamente importada por los franceses por cierto, preparamos la ruta de los proximos días, ya fuera de las protegidad aguas del Golfo.

A media tarde, las chicas se pusierón muy elegantes para visitar el puerto más "chic" dentro del golfo. Pero... estamos en Bretaña, y a media tarde, la lluvia que hsta entonces nos habia respetado, apareció y nos aguo el precioso paseo por el bonito pueblo. La verdad es que incluso con este tiempo resultaba bonito, porque no creais que aqui por una lluvia se cambian los planes, no nada de eso. A pasear durante más de una hora bajo una persistente lluvia. Una pueba más de que estos Bretones son de otra pasta. Allí como si nada, los niños en chanclas, los paraguas no se si los conocen, la cosa es que con la máxima naturalidad, la gente seguia de tranquilo paseo, disfrutando de la lluvia.

No podiamos ser menos, además, al menos la temperatura seguia subiendo, asi que las chicas se portaron, se remangaron sus tiros largos, y ni los mil litros que nos cayeron, pudieron con su "glamour". Tras la tremenda chupa, a cenar al barco a hora Francesa, que otra cosa podiamos hacer?.





Resumiendo, una isla bonita y coqueta, pero que no pudimos saborear como nos hubiera gustado.