Guerande.














Hay tanto que ver en los alrededores de Piriac-sur-mer y estamos tan comodos, que decidamos no navegar hoy, descansar y hacer turismo visitando Guerande, animado pueblo medieval donde están además celebrándose una popular fiesta celta.

El día de nuevo vuelve a ser extremadamente caluroso y soleado, por lo que el paseo por las calles medievales, estrechas y empedradas de Guerande se hace muy agradable.
Por la mañana estábamos tranquilos en el pueblo y pudimos disfrutar de sus edificios, actuaciones y unos entretenidos juegos celtas, algunos de ellos asombrosamente parecidos a juegos que aquí consideramos muy cantabros. Después de disfrutar de una comida estilo botellón, pero adornado con sidra bretona, seguimos disfrutando de nuestro paseo, pero ahora rodeados de una multitud de gente que conformaba un ambiente de verano excepcional.

A media tarde continuamos ya en coche la ruta a través de las salinas que marcan el paisaje de esta zona y fuimos a conocer y cenar a la Turballe y Le Croisic, dos pueblos turísticos y marineros, agradables, bonitos y cuidados, pero sin nada especial ni comparables a Guerande o a los que habíamos podido disfrutar en días pasados.
Finalmente a cenar en el restaurante de los simpáticos Patricio y Patricia y coger fuerzas para la operación “Colocar la autocaravana”.

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