Domingo uno de Agosto. Mientras esperábamos al resto de la tripulación, Jose y yo nos hicimos una escapada hasta Luanco. Una corta navegación de un par de horas y llegamos cómodamente a tomar el "vermú" a este agradable rincón. Unas sidrinas, chorizo a la sidra, pixín, que más se puede pedir.
Una cosa ya podemos decir a estas alturas del viaje. Desde el punto de vista de la navegación esta zona no tiene el encanto de las que hemos visitado años anteriores por la costa francesa, pero lo que es gastronómicamente, se lleva la medalla de oro. Menudas panzadas que nos estamos pegando... y luego el tema de las raciones... que barbaridad que raciones tan enormes...Pero todo buenísimo y con la alegría de regarlo con sidra que aun no consigo escanciar, menos mal que tengo a Jose que tiene arte para ello.
En cuanto a Luanco, el acceso muy fácil y en breve tendrá un excelente puerto, ahora en costrucción. Estos no son como el Revilluca, aqui parece que si cumplen lo que prometen.
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